Son tiempos pandemicos, cines cerrados, espectáculos públicos suspendidos e instituciones académicas paradas. Los chicos se aburren en la casa, el Paco esta cada día mas caro y por si esto fuera poco nos obligan a usar barbijos. El termómetro social va en alza y esto se traduce al mal humor de muchas parejas. “no pienso entregar el toto esta noche” dice María Kodama, una ciudadana encuestada en la vía publica, y agrega: “Mi marido trabaja en un frigorífico, faena chanchos todo el día, aparte de ser un grasa trae bacterias a casa, esto me desanima a la hora de hacer el amor”. No solo el caso de María alarma a la consultora Gelbrung sionist system, sino tambien el resultado de un 75 por ciento de encuestadas en la calle que admiten haber parado la actividad garchatoria por la pandemia influenza A.
Las variables de la encuesta indican que un porcentaje alto de mujeres prefieren el uso de barbijo en el coito, esta variable no especifica si el barbijo es de látex o de lienzo, pero si indica un alto índice de pánico al garching cotidiano. Juan Carlos Hijoputa, secretario general del opus dei sucursal la matanza dijo: “la influenza A debería llegar mas a menudo, esto pararía la reproducción de villeros y negros cabeza en todo el país”, y agrego:” De todos modos los teóricos del evolucionismo decían que los negros eran inmunes a todo tipo de plagas o enfermedades, se vera que pasa doscientos y pico de años después de la teoría darwiniana”.
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